(WB - Walter Benjamin, PW Passagen-Werk (Libro de los Pasajes) 1924-1939)
[...] las formas de vida nuevas y las nuevas creaciones de base económica y técnica que le debemos al siglo pasado entran en el universo de una fantasmagoría. Esas creaciones sufren esta «iluminación» no solo de manera teórica, mediante una transposición ideológica, sino en la inmediatez de la presencia sensible. Se manifiestan como fantasmagorías. De ese modo se presentan los «pasajes», primera realización de la construcción con hierro; así se presentan las exposiciones universales, cuyo acoplamiento con las industrias de recreo es significativo; en el mismo orden de fenómenos está la experiencia del flâneur, que se abandona a las fantasmagorías del mercado. (París Capital del s. XIX) (WB PW, 50)
Quimera, Notre Dame de París, postal, 1930
(RK - Rem Koolhaas, DNY Delirious New York, 1978)
No solo buena parte de su superficie está ocupada por mutaciones arquitectónicas (Central Park o los rascacielos), fragmentos utópicos (el Rockefeller Center o el edificio de la ONU) y fenómenos irracionales (el Radio City Music Hall) si no que además cada manzana está cubierta con varios estratos de arquitectura fantasma en forma de antiguos ocupantes, proyectos abortados y fantasías populares, que proporcionan imágenes alternativas a la Nueva York que existe.
[...] una nueva cultura (¿la “era de la máquina”?) eligió como laboratorio Manhattan: una isla mítica donde la invención y la puesta a prueba de un modo de vida metropolitano y su consiguiente arquitectura podían aplicarse como un experimento colectivo en el que la ciudad entera se convertía en una fábrica de experiencia artificial, donde lo real y lo natural dejaban de existir. (RK DNY, 9)
Gárgola, Edificio Chrysler, New York, M. Bourke-White, 1935
«[...] El grabador inquieto e investigador es el Hombre de las piedras... He ahí... un... artista, que no ha soñado ni trabajado como Piranesi, ante los restos de la vida abolida, y cuya obra da una sensación de persistente nostalgia... Se trata de Charles Meryon. Su obra de grabador es uno de los poemas más profundos que se hayan escrito sobre una ciudad, y la originalidad singular de esas páginas penetrantes reside en haber tenido de una forma inmediata, aunque hayan sido directamente trazadas según aspectos vivos, una vida cumplida, que está muerta o que va a morir... Ese sentimiento existe independientemente de las reproducciones más escrupulosas, más reales, de los temas que habían llamado la atención del artista. Tenía algo de vidente, y sin duda adivinaba que esas formas tan rígidas eran efímeras, que esas curiosas bellezas se irían adonde todo va, y escuchaba el lenguaje que hablan las calles y las callejuelas continuamente ajetreadas, destruidas, rehechas, desde los primeros días de la ciudad; a ello se debe que su poesía evocadora se acerque a la Edad Media a través de la ciudad del siglo XIX, que desprenda la melancolía de siempre a través de la visión de las apariencias inmediatas». (Geffroy citado por W.B. - París arcaico, catacumbas...) (WB PW, 123)
Charles Meryon (1821-1868)
Como perspectivista, Ferriss es el instrumento puritano de una coalición de eclécticos permisivos: cuanto más convincente resulta su obra, más promueve la realización de propuestas que no le gustan.
Pero Ferriss descubre una escapatoria para ese dilema: un método que aísla sus propias intenciones de las de sus clientes. Dibuja al carboncillo, una técnica imprecisa e impresionista que se sirve del poder sugestivo de los planos y de la manipulación de lo que son, esencialmente, manchas.
[...] los dibujos de Ferriss quitan tanto como ponen. Con cada representación, el artista logra que debajo de los excesos superficiales quede libre un edificio “honrado”. Los diseños de Ferriss, aunque están pensados para seducir a los clientes de los arquitectos de Manhattan -y a través de ellos, a la población en general-, son críticas a los proyectos que pretenden encarnar, polémicas “correcciones” de los planes reaccionarios en los que se basan.
El hecho de que los arquitectos de Manhattan sólo tengan en común su dependencia de los servicios de Ferriss refuerza el impacto acumulativo de estos proyectos corregidos; todos ellos se fusionan en una visión coherente de un Manhattan futuro. (RK DNY, 113)
Hugh Ferriss (1889-1962)
Estos arquitectos levantan vigas como columnas pompeyanas, fábricas como bloques de viviendas, del mismo modo más adelante las primeras estaciones ferroviarias se basan en chalets. «La construcción adopta de este modo el estricto papel del subconsciente». (Giedion citado por W.B. - París Capital del s. XIX) (WB PW, 38)
Le Pont Neuf, Charles Meryon, 1853
Según una cartografía intuitiva del subconsciente, Reynolds dispone alrededor de su laguna 15 instalaciones que forman una herradura beaux arts, y las conecta con una gran superficie completamente plana que discurre de una atracción a otra sin un solo escalón, umbral u otra clase de articulación: una imitación arquitectónica del flujo de la conciencia. (RK DNY, 46)
Apartments on bridges, Hugh Ferriss, 1929
A las exposiciones universales preceden las exposiciones nacionales de la industria, celebrándose la primera en 1798, en el Campo de Marte. Surge ésta del deseo de «entretener a las clases trabajadoras, y se convierte para ellas en una fiesta de emancipación». Los trabajadores, como clientes, están en primer plano. (París Capital del s. XIX) (WB PW, 41)
Le Pont Neuf et la Samaritaine ..., Charles Meryon, 1855
Reynolds se da cuenta de que, para tener éxito, Dreamland ha de trascender sus orígenes acomodaticios y convertirse en un parque posproletario, “la primera vez en la historia de la diversión en Coney Island que se ha hecho el esfuerzo de ofrecer un lugar de entretenimiento que atraiga a todas las clases sociales”. (RK DNY, 45)
Caves for New York, Hugh Ferriss, 1942
En el interior de las diversiones, a las que se abandona el individuo en el marco de la industria de recreo, queda siempre un elemento componente de una masa compacta. Esta masa se divierte en los parques de atracciones con sus montañas rusas, sus “tornillazos”, sus “orugas”, con una actitud que es sólo reactiva. (París Capital del s. XIX) (WB PW, 54)
La morgue, Charles Meryon, 1854
Máquinas que ejecutan los pasos del tango, un faro que atrae a barcos inocentes, muchedumbres corriendo por pistas de acero a la luz de la luna, fantasmales ciudades eléctricas más hermosas que cualquier otra cosa vista hasta entonces sobre la tierra: todo ello parece anunciar la inminente usurpación de una civilización que ha tardado miles de años en madurar. (RK DNY, 67)
The Lure of the City, Hugh Ferriss, 1929
El genio de Baudelaire, que se nutre de la melancolía, es un genio alegórico. Por primera vez Paris, con Baudelaire, se convierte en objeto de la poesía lírica. Esta poesía local se opone a cualquier poesía de terruño. La mirada que el genio alegórico lanza sobre la ciudad revela, más bien el sentimiento de una profunda alienación. Es la mirada de un flâneur, en cuyo género de vida se disimula tras un espejismo benéfico la miseria de los futuros habitantes de nuestras metrópolis. (París Capital del s. XIX) (WB PW, 57)
Le Petit Pont, Charles Meryon, 1850
Dalí traza un plano de su descubrimiento por medio de la asociación y la metáfora, una remodelación paranoico-crítica que devuelve la actualidad al proyecto de 1672: Nueva York es un escenario donde todas las historias, las doctrinas y las ideologías [...] aparecen simultáneamente. La linealidad de la historia se cortocircuita para exaltar un espasmo final de la cultura occidental. (RK DNY, 262)
Vista Through a Two-block Building, Hugh Ferriss, 1929
Razón estratégica para despejar las perspectivas de la ciudad. Una justificación contemporánea de la construcción de grandes calles bajo Napoleón III habla de que estas calles «no se prestan “a la táctica habitual de las insurrecciones locales”.» [...] El barón Haussmann, en un memorandum donde exige la prolongación del bulevar Strassbourg hasta Châtelet. [...]. Pero ya antes: «Pavimentan Parón con madera para hurtarle a la revolución material de construcción. Con bloques de madera no se pueden hacer barricadas.»(Haussmannización, lucha de barriacadas) (WB PW, 148)
Le Ministère de la Marine, Charles Meryon, 1865
Basada en un análisis falso, su solución está condenada a resultar irrelevante: en beneficio del interés público, la isla ha de convertirse en un parque. En lo que llegará a ser un remedio convencional contra el urbanismo espontáneo de las masas el exorcismo de ese demonio de la irracionalidad colectiva-, proponen arrasar la “ciudad de las torres”, erradicar cualquier rastro de su infame infraestructura como si fuese una planta venenosa y devolver la superficie de tierra a su estado “natural”: una fina capa de hierba. (RK DNY, 70)
La conquista final y la erradicación definitiva del urbanismo original de Coney quedan aseguradas en 1938, cuando el comisario Robert Moses pone la playa y el paseo marítimo bajo la jurisdicción del Departamento de Parques, vehículo primordial del “urbanismo de las buenas intenciones”. (RK DNY, 79)
Acceso al Metropolitan Museum of Art, Hugh Ferriss, 1944
«En realidad, la burguesía sólo tiene un método para solucionar a su manera el problema de la vivienda: esto es, solucionarlo de modo que la solución vuelva a crear siempre de nuevo el problema. Este método tiene un nombre: “Haussmann”.» (Engels citado por W.B. - Haussmannización, lucha de barriacadas) (WB PW, 169)
Fondo de Le Stryge, Charles Meryon, 1853
La “solución” de Corbett para el problema del tráfico de Nueva York es el caso más flagrante de falsedad en la historia de Manhattan. [...]
Ni por un momento pretende este teórico aliviar la congestión. [...]
Saben instintivamente que sería un suicidio solucionar los problemas de Manhattan; que ellos mismos existen gracias a esos problemas; que su deber consiste en hacer que esos problemas resulten, en todo caso, siempre irresolubles; (RK DNY, 123)
The Business Center, Hugh Ferriss, 1929
«Tras la clausura de la Exposición de Londres, en 1851, se preguntaron en Inglaterra en qué iba a convertirse el Cristal-Palace. [...] Los periódicos estaban llenos de propuestas de todas clases, distinguiéndose muchas por su excentricidad. Un médico quiso hacer un hospital; otro, un establecimiento de baños... Alguien dio la idea de una biblioteca gigantesca. Un inglés, llevando al exceso la pasión por las flores, insistió en que todo el edificio se convirtiera en un parterre.» Francis Fuller adquirió el Palacio de Cristal, trasladándolo a Sydesham. [...] La Bolsa podía representarlo todo, el Palacio de Cristal podía usarse para todo. (Construcción en hierro) (WB PW, 184 akal)
«[...] ahora se podía construir sólo con vidrio un edificio que cubriera 18 yugadas. Un hombre como Lothar Bucher sabía bien lo que significaba esta nueva construcción. Suya es la afirmación de que este edificio es la expresión arquitectónica de las fuerzas de sustentación en simples piezas de hierro, sin adornos, libre de toda apariencia. Estas palabras, que... contenían el programa del futuro, quedaron ampliamente sobrepasadas por la fantástica excitación que provocaba el edificio [...].» (Exposiciones, publicidad, Grandville) (WB PW, 204)
L’Abside de Notre Dame de Paris , Charles Meryon, 1854
Más allá de cierta masa crítica, toda construcción se convierte en un monumento, o al menos suscita esa expectativa sólo gracias a su tamaño, incluso aunque la suma o la naturaleza de las actividades concretas que alberga no merezca una expresión monumental.
Esta categoría de monumento supone una ruptura radical y moralmente traumática con las convenciones del simbolismo: su manifestación física no representa ningún ideal abstracto, ni una institución de importancia excepcional, ni una articulación tridimensional legible de una jerarquía social, ni una conmemoración. Simplemente es él mismo, y debido a su volumen puro y simple no puede evitar ser un símbolo: un símbolo vacío disponible para portar un significado igual que hace una valla publicitaria con un anuncio. [...] Este monumento del siglo XX es el automonumento, y su manifestación más pura es el rascacielos. (RK DNY, 100)
Evolution of the Set-back Buiding - First stage, Hugh Ferriss, 1929
Sobre la exposición de 1867, ordenada según principios estadísticos: «Rodear ese palacio, circular como el ecuador, es literalmente dar la vuelta alrededor del mundo, a ello han llegado todos los pueblos: los enemigos viven en paz unos al lado de otros. Al igual que al principio de las cosas sobre el orbe de las aguas, el Espíritu divino planea sobre este orbe de hierro». (Exposiciones, publicidad, Grandville) (WB PW, 196)
Palacio de la Exposición Universal de Paris, 1867 - Autor: no consta. “Paris International Exhibition: Present State of the English Department”. Procedencia: The Illustrated London News. (En esa fecha Charles Meryon está ingresado en un sanatorio mental donde muere en 1868)
Es el genio norteamericano de Samuel Friede, el inventor de la Torre del Globo, el que va a explotar el sólido platónico en una serie de pasos estrictamente pragmáticos. Para él, el globo, implacablemente subdividido en pisos, es sencillamente una fuente de superficie ilimitada. [...] (RK DNY, 71)
La capacidad de la Torre del Globo alcanza las 50.000 personas al mismo tiempo. [...] Cada pista representa un continente: un mundo dentro de otro mundo. (RK DNY, 73)
Construction of Trylon and Perisphere, Hugh Ferriss, 1938